Las salidas no son solo excursiones
Las salidas escolares son unas estrategias didácticas fantásticas para trabajar determinados contenido curriculares, especialmente nos serán muy útiles para las áreas de Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales, pero hay que saber organizarlas.
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Pero para sacar todo el aprovechamiento didáctico de una salida es necesario realizar una buena planificación.
No hay que olvidar que son actividades complementarias para el desarrollo del currículum y no meras “excursiones” con la única finalidad de que los alumnos se lo pasen bien, aunque este se aun aspecto valioso de la experiencia.
Vamos a analizar cómo se deben organizar las salidas escolares para sacar el máximo aprovechamiento de esta estrategia didáctica.
Espero que te sirva en tu próxima salida o si tuvieras que resolver un supuesto práctico en las oposiciones en el que te preguntaran algo al respecto.
Actividades previas
Lo primero que deberemos plantearnos al planificar una salida es su ubicación en nuestra programación didáctica.
Las salidas siempre deben estar programadas dentro de la unidad o proyecto en los que correspondan trabajar los contenidos que pretendemos complementar con la salida.
De manera que analizaremos la programación y temporalizaremos nuestra propuesta.
Una vez situada en la programación analizaremos los contenidos a trabajar y cuáles de ellos se pueden complementar con las actividades y recursos a realizar en la salida. No olvides tener como referentes los criterios de evaluación, pensar en aquello que los alumnos deben «saber» o «saber hacer» te ayudará a diseñar tus propuestas.
En esta fase previa será necesario realizar algunas tareas organizativas:
- Coordinarse con otros profesores de nivel o etapa que también vayan a realizar la salida.
- Comunicarla a la jefatura de estudios para su inclusión en la programación general anual del centro.
- Solicitar el apoyo de personal complementario o la participación de padres en su caso.
- Si hay algún alumno con necesidades específicas de apoyo, problemas de movilidad, alguna enfermedad crónica u otras tenerlas en cuenta para facilitarle la realización de la actividad con los compañeros.
- Informar a las familias de los objetivos de la actividad, fecha y duración, medio de transporte a utilizar, etc.
- Recabar autorizaciones, información sobre problemas médicos, los teléfonos de las familias por si hay una urgencia, etc.
- Trabajar con los alumnos:
- nota que se enviará a las familias informando de la actividad, de los materiales que puedan ser necesario y recabando la autorización correspondiente,
- comunicar a los alumnos los objetivos que se quieren lograr con la realización de la salida y cómo se evaluará su participación en ella,
- preparar las actividades que se realizarán durante la salida: búsqueda de información, dibujar determinados elementos, fotografiar paisajes, flora… Si los alumnos llevarán un cuaderno de campo prepararlo.
- acordar normas de comportamiento y actuación, reflejarlas por escrito
- planificar el recorrido y los aspectos prácticos: dónde vamos, situarlo en un mapa, qué recorrido haremos, cuántos kilómetros vamos a recorrer, de qué tiempo dispondremos para la realización de actividades, y cuánto para jugar, qué necesitamos llevarnos, qué tiempo hará, etc.
Actividades a realizar durante la salida
Las salidas requieren un esfuerzo organizativo importante, los alumnos deben ir correctamente identificados para facilitar su seguimiento fuera del centro, vestir una camiseta de un color determinado, llevar gorra, pañuelos al cuello o carnets pueden ser soluciones adecuadas.
Deberán llevar la ropa más conveniente según el lugar al que nos desplazamos (cómoda, de abrigo, protección solar…) y las condiciones meteorológicas que habremos consultado previamente, agua, almuerzo o comida en función de la organización.
Conviene recordar las normas adecuadas de comportamiento en el transporte y dar a los alumnos indicaciones claras de cómo actuar una vez llegados al destino.
Podemos organizarlos previamente en grupos pequeños o por parejas para facilitar el control del grupo.
Una vez en el lugar elegido se pueden realizar muchas propuestas, en función del tipo de salida que hayamos decidido hacer: seguir un mapas trabajado previamente, dibujar algún elemento del entorno, cumplimentar un cuaderno de campo con propuestas y actividades, hacer fotografías con unas indicaciones concretas, observar algún proceso que hayamos incluido en la visita (en el caso de visitar una fábrica, una depuradora, etc.), rellenar una guía (en un museo, por ejemplo), realizar alguna entrevista preparada en el aula (a un alcalde que nos reciba), recoger información para realizar luego una presentación en el aula, etc.
También es necesario prever dónde comeremos y cuánto tiempo y qué actividades de ocio van a poder realizar los alumnos durante la salida y en qué momento y cómo se realizará la recogida.
Actividades posteriores a la salida
Al día siguiente de la salida continuaremos con el desarrollo de actividades relacionadas, pueden ser:
- puesta en común de lo que hemos aprendido, para dirigir la actividad se puede dividir a los alumnos en grupos y encargarle a cada uno de ellos un aspecto determinado, dejaremos un tiempo para analizarlo y el vocal del grupo expondrá las conclusiones al resto,
- realización de un mural con las imágenes realizadas durante la salida (fotografías o dibujos),
- cumplimentar el cuaderno de campo con una descripción de las actividades realizadas y una redacción sobre la experiencia personal,
- una actividad de ampliación puede ser realizar una presentación con las fotografías digitales ampliando la información con una búsqueda guiada facilitando a los alumnos que la vayan a realizar una serie de preguntas y enlaces a páginas donde encontrar las respuestas, por ejemplo: indicar el recorrido en un mapa, buscar una fotografía antigua y analizar los cambios observados en el entorno, etc.
- realizar una actividad de síntesis: analizar qué queríamos saber, si la salida nos ha servido para encontrar las respuestas a las preguntas que nos habíamos planteado, si todo funcionó según lo previsto, si hay propuestas que se deban tener en cuenta para otras salidas, etc. La asamblea de aula será el lugar idóneo para ello.
Evaluación de la actividad
No debemos olvidarnos de evaluar el resultado de la actividad para ello utilizaremos una tabla de registro con los criterios de evaluación que nos permitan comprobar si los alumnos han alcanzado los aprendizajes propuestos.
También los alumnos pueden participar, en el apartado anterior comentábamos la conveniencia de realizar una actividad de síntesis, también nos puede servir para que los alumnos evalúen el funcionamiento de la propia actividad.
Además valoraremos la propia propuesta, para ello será conveniente diseñar una serie de indicadores que nos guíen en el análisis del funcionamiento de la propuesta: ¿ha resultado motivadora para los alumnos?, ¿se habían planificado correctamente todos los aspectos necesario?, ¿los alumnos con necesidades de cualquier tipo han dispuesto de las adaptaciones necesarias?, ¿se han conseguido los criterios de evaluación propuestos?, ¿la secuencia de actividades ha sido adecuada, suficiente, estimulante?…
Ahora ya sabes cómo organizar correctamente una salida escolar
Como ves las salidas escolares son actividades muy interesantes y con un potencial didáctico importante, pero para aprovecharlas requieren una cuidadosa planificación.
En ocasiones las salidas se repiten año tras año por diferentes motivos: porque en una experiencia anterior han funcionado bien, porque resultan asequibles para las familias y atractivas para los alumnos, por cierta acomodación del profesorado… pero deberíamos planificarlas como las actividades curriculares complementarias que son y nunca como meras «excursiones».
Lo más recomendable es tomar decisiones a nivel de centro, al menos por etapa, de manera que evitemos que los alumnos terminen yendo a la granja escuela los tres cursos de Infantil.
Y por supuesto conviene evitar realizar salidas que se limiten a resultar divertidas para los alumnos, el tiempo de los alumnos en la escuela es muy valioso y debemos saber sacarle el máximo partido.
Así que una buena planificación y unos criterios acordados para determinar qué salidas son más adecuadas en cada curso, qué objetivos se persiguen, cómo se organizarán los apoyos, qué medidas hay que tomar para garantizar que los alumnos con necesidades educativas especiales estarán correctamente atendidos…, sin olvidar otros aspectos prácticos como qué porcentaje de alumnos se necesitan para mantenerlas o qué actividades harán aquellos que no vayan a ir, garantizarán que las salidas escolares sean un éxito.
Muchas gracias. Haces un gran trabajo.
Gracias a ti Débora por tu amabilidad.
Me ha parecido un buen trabajo. Muchísimas gracias por tu generosidad
A ti por tu comentario C. María. Gracias 😉
Hola buenas,
Fantástico artículo pero tengo una duda, que podríamos hacer con los alumnos que vayan a una excursión?
Hola Lucía, no estoy segura de a qué te refieres, ¿a qué actividades proponer?, depende de la excursión, principalmente de cuál sea el objetivo de esta. Si es conocer el entorno natural del centro podemos buscar diferentes tipos de plantas y fotografiarlas, coger muestras, dibujarlas en un cuaderno de campo…
Lo principal es tener claro cuál es el objetivo que justifica la excursión, ya que deben ser actividades complementarias para desarrollar el currículo. En función de cuál sea nuestro objetivo podemos diseñar unas actividades concretas.
Buenas, no sé en las demas Comunidades pero en Cantabria no sería así. Si son actividades complementarias como señalas son voluntarias y no podemos evaluar con efectos académicos.
Hola JK, efectivamente puede darse la contradicción entre que las actividades sean complementarias y no obligatorias y que todas las actividades escolares deben planificarse y evaluarse, habría que plantearse si «cuentan» o no en la nota del alumno, pero desde luego las complementarias deben planificarse para desarrollar el currículum, de otro modo serían extraescolares (de hecho ahí, más que en el horario, reside la diferencia).