Educación a distancia durante el confinamiento

Manteniendo la escuela en tiempos del Covid19

Dar respuesta a las necesidades educativas impuestas por el confinamiento no es tarea fácil, dar clase de forma telemática de un día para otro sin formación, herramientas específicas y con alumnos con muy diferentes circunstancias es un reto al que todos estamos tratando de buscar una solución.

Aunque ninguno tenemos experiencia previa, ni hay manuales que consultar al respecto, vamos a analizar algunos aspectos, basados en la realidad de los centros y las instrucciones publicadas por las administraciones, para terminar el curso con un mínimo de garantías para los alumnos.

Aspectos principales para terminar el curso

Simplifica contenidos

Lo primero que debemos plantearnos es cuáles son los aprendizajes esenciales sobre los que centrarnos.

Las competencias nos servirán de referente, consideraremos esenciales aquellos aprendizajes que contribuyen al desarrollo de las competencias básicas (o clave).

Por tanto revisaremos cada bloque temático y seleccionaremos lo que consideremos imprescindible por la propia lógica de la materia y por su contribución a las competencias clave.

Cambia la metodología

Cuando tengamos identificados estos aprendizajes esenciales diseñaremos el proceso de enseñanza orientado a conseguir nuestros objetivos didácticos.

Dadas las condiciones de confinamiento en el domicilio se recomienda emplear metodologías activas, que permitan al alumno aprender por sí mismo, preferiblemente mediante actividades globalizadas e interdisciplinares.

Las situaciones problema significativas para los alumnos en las que tengan que buscar soluciones aplicando los conocimientos que han adquirido, pueden ser una propuesta válida y eficaz en estas circunstancias.

Los retos también serán útiles para aumentar la motivación del alumnado hacia la resolución de las tareas y la realización de unos ejercicios en los que tendrán que actuar con una autonomía que en muchos casos todavía no tienen bien adquirida.

La gamificación también dotará a nuestras propuestas de ese enfoque lúdico que puede ayudar a los alumnos a mantener el interés en la distancia.

Hay que tener siempre en cuenta que los alumnos deberán resolver las situaciones o realizar las propuestas en casa, por lo que las condiciones serán muy diferentes de las que podemos ofrecerles en el aula y los recursos que tendrán disponibles muy limitados.

Si somos capaces de diseñara la metodología adecuada también podremos realizar una evaluación útil en estas circunstancias, comprobando lo que han sido capaces de hacer o resolver los alumnos, ya que no es posible realizar los exámenes tradicionales basados en la memorización de contenidos.

Este aspecto lo analizamos más adelante.

Coordínate con tus compañeros

Obviamente la coordinación de docentes es siempre importante, pero ahora se ha vuelto imprescindible, y debemos encontrar nuevas herramientas y vías para realizarla.

Esta coordinación es necesaria para:

  • realizar la selección de contenidos esenciales, ya que como hemos dicho hay que tener como referente las competencias, no las asignaturas;
  • acordar las modificaciones de las programaciones didácticas necesarias,
  • seleccionar los recursos tecnológicos a utilizar, evitando el exceso, hay seleccionar las herramientas en función de las necesidades evitando el uso por el carácter innovador o atractivo de la aplicación en sí, y desbordar a los alumnos con las elecciones personales de cada uno de nosotros;
  • identificar las competencias de aprender a aprender y digitales que van a necesitar los alumnos para la enseñanza a distancia, planificar su desarrollo entre las diferentes asignaturas;
  • diseñar una metodología capaz de dar respuesta a las necesidades de los alumnos, organizar en su caso propuestas interdisciplinares,
  • organizar las tareas de los alumnos evitando la sobrecarga, informar a los alumnos, darles tiempo y estrategias para gestionar su aprendizaje con autonomía;
  • diseñar una evaluación que permita comprobar los aprendizajes de los alumnos,
  • analizar el propio funcionamiento de la enseñanza no presencial, para modificar las propuestas y mejorarlas, la situación nos obliga a aprender sobre la marcha.

Uno de los peligros de la enseñanza telemática es el exceso de tareas con el que en ocasiones queremos compensar la falta de presencia en el centro, si no existe dicha coordinación cada profesor puede demandar una dedicación excesiva que sumada a la del resto resulte inabarcable para los alumnos, que, como ya hemos dicho, no están tampoco en la mejor situación posible para dedicarse a las tareas escolares.

Otro es el de suponer a los alumnos unas competencias digitales que en realidad no tienen y hacerles propuestas que añaden la dificultad de manejar nuevas herramientas a la de la tarea en sí.

Cabe por tanto buscar estrategias que permitan coordinar el desarrollo de las propuestas de los diferentes profesores de un grupo bajo la coordinación del tutor.

Algunas buenas prácticas en relación con esta coordinación las podemos observar en  centros que publican en la web las tareas semanales los lunes, con todos los requisitos y plazos para entrega, para que los alumnos puedan gestionar su tiempo en casa; tutorías virtuales para mantener el contacto y asegurar el seguimiento por parte de los alumnos, agendas compartidas, tutoriales de las herramientas propuestas, etc.

Si eres tutor tienes una gran responsabilidad

La tutoría adquiere un protagonismo especial en estas circunstancias, ya que es el principal vínculo de los alumnos con la escuela y ahora hay que dedicar atención a mantener ese vínculo.

Llevar el seguimiento de los alumnos, detectar aquellos casos en los se produzca desconexión y buscar alternativas para restablecerla, proporcionar estrategias para el trabajo autónomo, mantener la motivación y el bienestar personal y familiar… en definitiva velar por el desarrollo de la parte más emocional de los alumnos adquiere en estos momentos una importancia básica.

La atención a los alumnos más sensibles por estar en situaciones de especial riesgo debe ser una prioridad para los tutores.

Proporcionar una guía adecuada sobre cómo realizar el trabajo en casa, establecer rutinas, elegir un buen lugar para el estudio, organizar los materiales y recursos que van a necesitar para realizar las tareas, evitar interrupciones, llevar un horario y registro de tareas, agendar fechas de entrega, anotar cómo y cuándo se debe entregar cada trabajo… será una ayuda inestimable para tus alumnos. 

El tutor además debe ser la vía que permita a los alumnos y a sus familias seguir en contacto con el centro, comunicar sus necesidades, gestionar los diferentes procesos que puedan ser puestos en marcha: admisión, cambios de grupo, elección de materias, necesidad de materiales o equipamiento digital, etc.

Programar, programar y programar

Programar siempre es necesario, es la única forma de dar coherencia a nuestras propuestas y diseñar un proceso de enseñanza con posibilidades de lograr sus objetivos.

La falta de presencialidad no puede ser excusa para reducir la propuesta docente a un batiburrillo de actividades inconexas, aplicaciones, ejercicios, videos… que parecen buscar más el entretenimiento de los alumnos que una verdadera secuencia didáctica con un objetivo previamente definido.

Una vez superado el momento inicial de sorpresa y desconcierto hay que diseñar de nuevo el proceso didáctico completo, para que los alumnos saquen el máximo provecho de un curso lamentablemente interrumpido.

Partimos de los contenidos esenciales que hemos identificado, del análisis de las circunstancias que rodean a los alumnos, nos coordinamos con nuestros compañeros y programamos unidades didácticas adaptadas a la situación con todos sus elementos: actividades de presentación de contenidos, de motivación, de desarrollo, de refuerzo, adaptadas a las diferentes necesidades de nuestros alumnos y de evaluación para controlar el aprendizaje de nuestros alumnos.

En estas circunstancias, más que nunca, es necesario proponer a los alumnos tareas significativas, situaciones problemas que tengan sentido para ellos, que les motiven a activar sus conocimientos, estrategias y recursos para buscar soluciones, que les demuestren la utilidad de aquello que están aprendiendo.

Recordad que los ejercicios, son la parte final de un proceso, que tienen como utilidad reforzar aprendizajes, automatizar procesos, mecanizar…, pero no son el objetivo principal del proceso, este debe ser hacer a los alumnos más competentes en los ámbitos lingüístico, matemático, científico…, volvemos a las competencias.

Importante para la docencia a distancia

A la hora de poner en práctica las programaciones deberemos ser especialmente cuidadosos con algunos aspectos prácticos:

  • Suplir la falta de autonomía de los alumnos con tareas bien programadas, sistemas compartidos que les permitan consultar fácilmente qué tienen que hacer, qué deben entregar, cuál es el plazo de entrega, en qué formato… es decir, proporcionarles toda la información necesaria para que la distancia no sea el impedimento para conseguir realizar las propuestas de forma correcta.
  • Plantear las tareas con tiempo suficiente para que los alumnos puedan administrar su horario de estudio en casa, las obligaciones de otras materias, trabajos que deban realizar y darles herramientas para ayudarles a gestionar este tiempo: horarios, planificadores, agendas compartidas, etc.
  • Registra las tareas entregadas de forma visible, y darles la retroalimentación necesaria, ahorremos preocupaciones a los alumnos sobre si la tarea ha llegado o no, si estaba bien, si faltaba algo… no pidamos más de lo que podamos revisar y comentar con ellos, si no podemos revisarlos y darles feedback las tareas pierden gran parte de su utilidad por no decir toda.
  • No des por supuesto que tus alumnos saben enviar un mail (utilizando correctamente el campo “asunto” y el campo “mensaje”, escribiendo con corrección, saludando y despidiéndose); subir una tarea a una plataforma, guardar un archivo en diferentes formatos; retocar una imagen para que se ajuste a un documento o presentación concreta; identificar diferentes tipos de licencias de uso de los recursos que puedan encontrar en internet y otras muchas estrategias que damos por supuestas en los “nativos digitales” pero que en la realidad muchas veces están muy alejadas de las habilidades reales de nuestros alumnos. Enseñarles a utilizar estas herramientas digitales básicas puede ser mucho más interesante y útil para ellos que descubrirles un montón de aplicaciones muy atractivas pero donde su papel es más bien pasivo.
  • Busca alternativas para los alumnos con más dificultades para acceder a los recursos digitales, en mucha ocasiones con la ayuda de los servicios municipales o aprovechando las posibilidades de movilidad actuales, se pueden facilitar materiales o recursos a los alumnos con menos posibilidades en casa.

Evalúa en la distancia

De forma coherente con lo expuesto en relación con centrarnos en aprendizajes esenciales, de carácter significativo y funcional y organizados en relación a situaciones problema, ahora deberemos realizar una evaluación que tenga como referente el desarrollo de las competencias que nos habíamos propuesto.

Valoraremos lo que el alumno es capaz de hacer, lo que implica que también ha adquirido conocimientos, ya que sin ellos no se pueden hacer las tareas propuestas, pero desplazamos la atención a la funcionalidad de dichos aprendizajes más que a su memorización.

La exposición de trabajos, resultados de pequeñas investigaciones; el análisis de datos realizado, la formulación de hipótesis, argumentación, explicación de los resultados, de los procesos realizados para conseguirlos, etc. nos pueden proporcionar información suficiente para valorar el aprendizaje el alumno.

Recuerda que debes en primer lugar establecer los criterios de evaluación en función de los objetivos didácticos que te hayas propuesto, y elegir los instrumentos que consideres más adecuados para recoger la información que necesitas: 

  • Para recoger evidencias del trabajo realizado por el alumno: trabajos realizados (fotos de una maqueta, una presentación, la solución a un reto…), diario de aprendizaje, portfolio del alumno, etc. 
  • Para recoger información sobre el proceso y los resultados: plantillas de registro (realización de actividades, envío de tareas, participación en un debate…), listas de cotejo, pruebas orales o escritas, registro de observaciones, etc.

En esta situación, donde el alumno tiene que trabajar de forma  autónoma un instrumento de gran utilidad son las rúbricas, ya que también sirven al alumno de guía durante el proceso indicándole los pasos que debe dar y los elementos que debe tener su trabajo para tener la máxima valoración.

Y por último hay que reflexionar en cómo se va a calificar, dentro del marco que establezca la administración correspondiente, claro.

En general la nota final de este curso será la media de las dos primeras evaluaciones a la que se podrá añadir puntuación en función del funcionamiento que haya demostrado el alumno durante este último trimestre.

Hay alumnos que han trabajado muy duramente y cuyo esfuerzo merece un reconocimiento, no sería justo ignorarlo y desde luego nada motivador si finalmente todas esas tareas que han hecho con mayor o menor acierto, todos esos trabajos que han fotografiado y enviado, esos correos que han contestado, esos vídeos que han comentado… al final resultaran no tener valor para los docentes.

Y en el caso de aquellos que no lo han hecho o no se han implicado tanto debemos plantearnos por qué esa falta de rendimiento, qué le falta en casa, qué recursos no tiene la familia, cómo depende este alumno de la figura del docente, por qué no tiene motivación para aprender, es decir, debemos recoger información que nos permite adaptarnos cuando se reanuden las clases y ayudarle a superar las dificultades que ha tenido durante este tiempo de confinamiento.

Y para terminar

Pasar de la educación presencial a la educación a distancia sin preparación previa ni formación específica, sin previsión de recursos y con alumnos pequeños, poco autónomos y en muchas ocasiones sin las herramientas digitales básicas, es un reto difícil de superar.

Estamos pasando por una situación absolutamente excepcional que nos ha desbordado a todos, pero de la que, como siempre, podemos aprender.

Para ello debemos tener un mente curiosa, abierta a las novedades, incisiva en la búsqueda de soluciones, con una capacidad de autocrítica sana, y muchas ganas de innovar y de acompañar a nuestros alumnos

Foto del autor

Ester Álvarez

Inspectora de Educación GVA. Convencida de que la Inspección es un factor de mejora del sistema educativo y de que la innovación es necesaria para adaptar la escuela a la sociedad del siglo XXI. Co-fundadora de la asociación de Inspectoras e Inspectores para una Nueva Educación, Insnovae. Coordinadora de la Xarxa 2030. Coordinadora del grupo Atlántida de Alicante.

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