¿Utilizas estrategias probadas científicamente?
Cada vez es más frecuente escuchar hablar de educación basada en evidencias, o estrategias basadas en evidencias científicas, pero igual no estás muy seguro de qué significa esa “evidencia”, ni cuáles son esas estrategias docentes con el aval de la investigación.
Hoy vamos a dedicar el post a hablar de estas estrategias, descubrir cuáles son, por qué son importantes, y por supuesto al final veremos cómo pueden ayudarte en tu preparación para las oposiciones, si ese es tu caso.
¿Qué estrategias docentes encontramos en las aulas?
Hay diferentes formas de “construir” nuestro rol docente.
En ocasiones aprendemos muchas estrategias didácticas en nuestra formación inicial, pero las abandonamos en cuanto llegamos al aula y simplemente nos incorporamos a la forma de hacer las cosas que encontramos en el centro, con frecuencia a aplicar un libro de texto.
En otras ocasiones nos dejamos llevar por modas y hacemos lo que parece que en cada momento “se lleva más”. Así vamos aprendiendo sobre aprendizaje cooperativo, ABP, flipped classroom u otras metodologías y la vamos aplicando en el aula para comprobar sobre la práctica que tal funcionan, o las incluimos en nuestra programación didáctica para llamar la atención del tribunal y demostrar nuestro perfil innovador.
Pero pocas veces nos aseguramos de que realmente sean eficaces para nuestros alumnos, nuestra área o material o la etapa en la que trabajamos.
Otros docentes se limitan a reproducir el modelo docente que vivieron como alumnos y terminan dando clase de forma idéntica a como la recibió (en definitiva a mí no me ha ido tan mal, piensan).
Y muchas, muchas veces, vamos aprendiendo a lo largo de nuestra carrera docente gracias a la difusión de buenas prácticas de otros centros o compañeros que comparten aquellas estrategias que han experimentado con éxito.
¿Te resultan conocidas estas situaciones?, seguro que sí, tal vez incluso te sientas reflejado en alguna, o en más de una 😉
Estrategias basadas en la evidencia
Pues bien, frente a estas situaciones cada vez con más fuerza nos encontramos con las estrategias cuya eficacia está basada en la evidencia científica, es decir, cuyos buenos resultados están avalados por la investigación.
Si existe investigación en educación que ha identificado prácticas docentes que realmente tienen eficacia en el aprendizaje y cuyo impacto se puede medir, los docentes deberíamos conocerlas e implementarlas en nuestras aulas según nuestras necesidades en lugar de dejarnos llevar por modas, por la costumbre o por el aparente atractivo o popularidad de algunas prácticas.
Parece lógico, verdad.
Pues de eso se trata, de leer sobre investigación en el ámbito educativo y aprender sobre las estrategias docentes que han demostrado su eficacia y sobre cómo implementarlas en el aula.
En definitiva es algo que cabe esperar de cualquier profesional serio e implicado, no crees?, ninguno queríamos ser operados por un médico que en lugar de aprender sobre las mejores técnicas, las más seguras y eficaces, científicamente probadas, improvisara en el quirófano, operar igual que se ha hecho siempre, como un compañero le ha dicho que a él le funcionó, o pusiera a prueba una idea muy vistosa que ha visto en Pinterest.
Pues los docentes debemos ser igual de rigurosos y asegurarnos de aplicar las estrategias avaladas por la investigación educativa más adecuadas para las necesidades de nuestros alumnos.
Y cuáles son esas estrategias basadas en la evidencia
Hay muchas investigaciones en educación que han estudiado de forma científica la efectividad de determinadas estrategias.
Seguramente conocerás la de John Hattie y su metaanálisis sobre los factores que influyen en el aprendizaje por ser una de las más famosas.
John Hattie publicó Aprendizaje visible en 2009, el resultado de una investigación basada en más de ochocientos metaanálisis de estudios en educación para establecer cuáles son realmente los factores que influyen en el aprendizaje y cuánto influyen cada uno de ellos.
Las conclusiones de su estudio son ampliamente conocidas y su importancia reconocida internacionalmente y se tienen en cuenta a la hora de diseñar políticas educativas.
Identificó 138 factores que influyen en los aprendizajes de los alumnos y los ordenó según su grado de influencia en los buenos resultados.
Su estudio demostró la importancia que los docentes tienen sobre otros factores, como las ratios, o la tecnología; especialmente cuando trabajan aplicando determinadas estrategias, como: comenzar por la definición clara de sus objetivos, explicar estos objetivos claramente a sus alumnos, modelar las estrategias que estos deben seguir para resolver un problema o lograr un resultado y, especialmente, cuando evalúan su efectividad y toman las medidas necesarias para mejorarla.
Se demuestra también la necesidad de utilizar estrategias variadas, según las necesidades concretas que se persigan; dar una buena retroalimentación a los alumnos durante todo el proceso, y una muy importante: trabajar colaborativamente con el resto de profesores.
Aunque la investigación de Hattie también tiene sus limitaciones los resultados no dejan de ser interesantes.
Posteriormente a la publicación de Aprendizaje visible, ha continuado ampliando su investigación y ha actualizado los factores estudiados identificando y valorando hasta 250 de cada uno de los cuales podemos ver su impacto en esta tabla-resumen.
Utiliza estrategias basadas en la evidencia
Espero haberte convencido de la importancia de conocer la información que nos ofrece la investigación en educación sobre la efectividad, o falta de ella, de las diferentes estrategias docentes.
Echa un vistazo a las diferentes estrategias, hay muchas que funcionan, y algunas que no, incluso puede que te lleves alguna sorpresa puesto que hay creencias muy extendidas que no se sostienen en resultados comprobables (busca por ejemplo la incidencia de los deberes o de la repetición de curso).
También encontrarás muchas en las que ya creías y que ahora tienes el respaldo científico para poder justificar su uso (por ejemplo dar feedback a los alumnos).

Y en las oposiciones…
Si te estás preparando para las oposiciones docentes mi recomendación es que identifiques aquellas que normalmente emplees, compruebes su validez y decidas cuáles debes eliminar y cuáles implementar.
Una vez identificadas tienes que incluirlas en tu programación, reflejarlas en tus unidades didácticas y asegurarte, una vez que llegue el momento de exponer ante el tribunal, que sabes hacerles llegar cómo vas a trabajar con tus alumnos, con qué estrategias y por qué has elegido esas y no otras.
En otros post iremos explicando las estrategias más potentes, las que según la investigación educativa tienen un mayor efecto positivo en el aprendizaje y analizando ejemplos de cómo llevarlas a la práctica en el aula, y en las oposiciones, claro.
Como sabes uno de los objetivos de las oposiciones es comprobar cuáles son tus estrategias docentes, es decir, cómo enseñas a tus alumnos, qué prácticas utilizas en tu aula, cómo consigues que tus alumnos alcancen los objetivos de aprendizaje que te has propuesto.
Precisamente esta es la finalidad explícita de la última prueba: la presentación y defensa de una programación didáctica.
Por eso es importante que, además de realizar una buena programación sepas transmitir al tribunal cuáles son tus estrategias docentes, y por supuesto, que estas sean las adecuadas.