Cuáles son los desafíos del siglo XXI

En la LOMLOE, y en toda la normativa de desarrollo que se va publicando, vamos encontrando referencias a la necesidad de dar respuesta a los «desafíos del siglo XXI», pero, ¿sabes cuáles son estos desafíos?

Vamos a conocerlos, saber por qué son importantes y cómo podemos, efectivamente, dar una respuesta educativa que ayude a afrontarlos, porque ahora como nunca nos encontramos con grandes cambios sociales que suponen una mayor demanda a la escuela en la búsqueda de respuestas que nos lleve a conseguir un mañana mejor.

Dónde los encontramos

Nada más empezar los reales decretos de Enseñanzas Mínimas aparecen mencionados estos grandes retos. De hecho aparecen en el primer párrafo de los Reales Decretos: 95/2022 (Infantil), 157/2022 (Primaria) y 217/2022 (ESO).

Todos empiezan de idéntica manera justificando la modificación de la LOE por la conveniencia de revisar las medidas previstas en el texto original con objeto de adaptar el sistema educativo a los retos y desafíos del siglo XXI, de acuerdo con los objetivos fijados por la Unión Europea y la UNESCO para la década 2020-2030.

La propia ley señala como objetivo principal garantizar la formación integral de los alumnos y señala expresamente:

  • contribuir al pleno desarrollo de su personalidad,
  • prepararlos para el ejercicio pleno de los derechos humanos, de una ciudadanía activa y democrática en la sociedad actual.

En la definición de las competencias clave también se hace referencia a estos retos: «desempeños que se consideran imprescindibles para que el alumnado pueda progresar con garantías de éxito en su itinerario formativo, y afrontar los principales retos y desafíos globales y locales».

Y de nuevo los encontramos en el Perfil de Salida, un elemento esencial en la nueva estructura curricular y que te recomiendo que leas porque deberemos tenerlo muy presente a la hora de diseñar nuestra intervención educativa.

Al explicar en qué consiste este perfil y cómo se ha diseñado en el anexo correspondiente de los reales decretos de Primaria y ESO (en Infantil ya vimos que no aparece y tampoco en bachillerato) descubrimos que las competencias clave de nuestro sistema son la adaptación de las recogidas en la Recomendación del Consejo de Europa, de 22 de mayo de 2018, relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente, vinculadas con los principales retos y desafíos globales del siglo XXI a los que deberán enfrentarse nuestros alumnos.

Y se mencionan como referentes el documento Key Drivers of Curricula Change in the 21st Century de la Oficina Internacional de la UNESCO y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Cuáles son estos desafíos del siglo XXI

De acuerdo con los documentos mencionados podemos identificar una serie de situaciones que suponen retos a los que los alumnos deberán hacer frente a lo largo de su vida para lo que necesitarán adquirir toda una serie de aprendizajes.

Siguiendo la selección de César Coll y Elena Martín podemos señalar como desafíos que la educación deberá tener en cuenta:

  • Desarrollar hábitos de vida saludable. A partir del conocimiento del funcionamiento de nuestro organismo debemos acompañar a los alumnos a reflexionar sobre el modo de vida que llevamos y las consecuencias que tiene para nuestra salud y asumir la responsabilidad de desarrollar otros modos de vida más saludables y sostenibles.
  • Proteger el medio ambiente y la vida animal. Nuestro modo de vida nos ha llevado a una situación insostenible, con frecuencia podemos sentirnos desbordados e incapaces de cambiar una situación en la que confluyen diferentes causas y poderosísimos intereses económicos, pero no debemos menospreciar el papel de la educación ni el poder de las nuevas generaciones para cambiar incluso modos de vida que nos parecen inamovibles.¡Démosles la herramientas que necesitan para conseguir cambiar el mundo!
  • Resolver conflictos de forma pacífica. De nuevo parece la lucha de David contra Goliat, pero precisamente algunos hábitos deben interiorizarse desde la infancia para suponer un cambio realmente significativo, es en la escuela donde los alumnos tienen su primer contexto social y donde de forma natural aparecerán los primeros conflictos, en nuestras manos está enseñarles la forma correcta de resolverlos.
  • Actuar como consumidores responsables, porque gran parte de la situación actual de agotamiento de recursos, de acumulación de residuos, de generación de contaminantes… depende de nuestros hábitos de consumo. Hábitos que se han consolidado con fuerza al asociarlos a la búsqueda de una satisfacción inmediata de necesidades que hemos querido asimilar a la felicidad, pero la gente joven está dándose cuenta de que eso es una falacia, acompañémosles en ese descubrimiento.
  • Usar de manera ética y eficaz las tecnologías. Aquí tenemos una gran responsabilidad, le hemos dado a los jóvenes una herramientas potentísimas, pero no exentas de riesgos: desde la adicción o el ciberacoso hasta las conductas de riesgo como el sexting, ahora debemos enseñarles a evitar estos riesgos y a protegerse frente a los peligros a los que con frecuencia los hemos dejado expuestos.
  • Promover la igualdad de género, aunque nos parezca que la igualdad ya la hemos trabajado muchos años en la escuela, que es algo ya conseguido en nuestra sociedad, que en la escuela no existe desigualdad… la realidad pone de manifiesto de forma constante que no es así. La desigualdad entre hombres y mujeres se manifiesta de múltiples maneras, no solo en la violencia machista, la más dramática, sino en roles, prejuicios, diferencias salariales, estereotipos, sesgos académicos, brecha digital, etc. etc.
  • Manejar la ansiedad que genera la incertidumbre porque frente la tendencia natural de querer controlar el entorno que rodea a nuestros pequeños para evitarles todo peligro e inseguridad la realidad es que el mundo es cambiante y es imposible prever todas las circunstancias que les deparará el futuro por lo que lo que les será realmente útil es saber adaptarse a la circunstancias cambiantes sin que les suponga una situación de ansiedad y asumir la necesidad de seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida.
  • Identificar situaciones de inequidad y desarrollar sentimientos de empatía. Si queremos sociedades igualitarias hay que saber identificar las situaciones en las que no se da esa igualdad y no solo identificarlas sino aprender a ponerse en el lugar del otro, darse cuenta de que todos tenemos los mismos derechos y que en muchas ocasiones las personas padecen situaciones de desigualdad que es responsabilidad de todos evitar.
  • Cooperar y convivir en sociedades abiertas, multiculturares y cambiantes, porque es una realidad que tenemos que saber aceptar y gestionar, el cambio es consustancial a nuestra sociedad y todos podemos ser agentes del cambio.
  • Aceptar la discapacidad. En cierta manera esta condición emana de algunas de las anteriores con las que se relaciona estrechamente, pero por su importancia le prestamos atención de forma diferenciada, la discapacidad total o parcial, temporal o permanente, es una condición que puede afectarnos a cualquiera a lo largo de nuestra vida y no por ello debe cambiar nuestra situación, derechos y libertades.
  • Apreciar el valor de la diversidad, como algo que nos enriquece, que nos aporta valores cambiantes, realidades diversas, condiciones variadas.
  • Formar parte de un proyecto colectivo porque la sociedad es producto y responsabilidad de todos, en el que todos tenemos algo que aportar, y debemos implicarnos en la solución de los problemas o retos a los que todos, como colectivo, nos enfrentamos, tanto en el ámbito local como en el global.
  • Adquirir confianza en el conocimiento como motor del desarrollo. Aprender desde pequeños la importancia de aprender como herramienta de mejora personal y social. Descubrir cómo el conocimiento nos hace mejores, nos da más oportunidades es una gran enseñanza que la escuela puede ofrecer a nuestros pequeños.

Ser capaz de dar respuesta a todos estos desafíos, y otros que quizá todavía no hayamos identificado, implica la necesidad de adoptar una posición ética para buscar el bienestar personal respetando el bien común, para pensar en global y actuar en local, como dice el eslogan.

Por qué son importantes

Además de por las razones obvias que hacen que sean importantes para todos como sociedad en el ámbito escolar estos desafíos son los que dan sentido a los aprendizajes escolares, al acercar la escuela a situaciones y problemas reales de la vida cotidiana.

Es precisamente porque los alumnos deberán encontrar la respuesta o la solución a estos retos o problemas que ya existen y a otros que ahora no podemos imaginar, que debemos conseguir que los aprendizajes sean significativos, útiles, que dispongan de los conocimientos, claro, pero también de las herramientas (destrezas) y las actitudes que les permitan solucionar necesidades presentes en la realidad.

Para ello necesitarán algunas destrezas esenciales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, las destrezas de comunicación y negociación, las destrezas analíticas y la creatividad y las destrezas culturales. Además de unos conocimientos sólidos que les faciliten la comprensión del mundo que les rodea y la actitud adecuada hacia la resolución de los problemas detectados.

Lo cual no es otra cosa que trabajar de forma competencial, a través de aprendizajes significativos y relevantes, superando una enseñanza en ocasiones excesivamente memorística que muchas veces consiste en recordar lo estudiado hasta el día de examen y poco más.

Y los desafíos del siglo XXI tienen una gran capacidad para dar un contexto en el que desarrollar Situaciones de Aprendizaje, seguro que a medida que los enumeraba se te iban ocurriendo situaciones, proyectos, investigaciones, ApS… para realizar en el aula verdaderamente significativas para los alumnos. Desde un proyecto de patio con residuo 0, o promover una campaña de donación de sangre, hasta un plan para renaturalizar el patio, las posibilidades son infinitas.

Poco a poco iremos aprendiendo más de las Situaciones de Aprendizaje y de cómo llevarlas a la práctica. Pero no te olvides de tener como referente estos desafíos del siglo XXI porque serán los que les darán el carácter significativo que necesita una enseñanza competencial.

Y qué papel tiene la Inspección de Educación en este aspecto

En mi opinión la Inspección debe implicarse para que efectivamente la práctica docente se oriente a enseñanzas que sean significativas para el alumnado, que busquen desarrollar ese Perfil de Salida que establece la norma y que incluye conocer las necesidades del mundo que les rodea y su implicación en la resolución de los problemas que detecten.

Con frecuencia cuando revisamos programaciones o la práctica docente nos centramos más en la forma que en el fondo, qué estén hechas, actualizadas, que incluyan todos los elementos que establezca la normativa, que se hayan entregado en plazo… efectivamente todo eso hay que hacerlo.

Pero no podemos olvidar cuál es fondo, el objetivo final de la educación. Debemos velar porque las intenciones de las leyes no sean solo buenas palabras que se incluyen en los preámbulos sino que realmente lleguen a impregnar la práctica docente.

Para ello debemos conocer estos desafíos, ayudar a los centros a manejar estos nuevos elementos que ha introducido la LOMLOE y acompañarlos en el camino que ahora empieza para implementar los nuevos currículos y lograr el cambio educativo que la sociedad demanda.


Si quieres aprender más sobre los desafíos del siglo XXI:

Foto del autor

Ester Álvarez

Inspectora de Educación GVA. Convencida de que la Inspección es un factor de mejora del sistema educativo y de que la innovación es necesaria para adaptar la escuela a la sociedad del siglo XXI. Co-fundadora de la asociación de Inspectoras e Inspectores para una Nueva Educación, Insnovae. Coordinadora de la Xarxa 2030. Coordinadora del grupo Atlántida de Alicante.

18 comentarios en «Cuáles son los desafíos del siglo XXI»

  1. Hola Ester,
    ¿Podrías indicar dónde aparecen publicados los retos del siglos XXI que mencionas en este artículo? He descargado el Key Drivers of Curricula Change in the 21st Century que citas, pero los retos que aparecen no coinciden con los desarrollados en este artículo.
    Gracias

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    • Hola Estela, los que recojo en este post son los que dos de los creadores del actual currículo LOMLOE, Cesar Coll y Elena Martín mencionaban en la formación que impartían sobre este nuevo currículo, concretamente los que se han tenido en cuenta al diseñar el perfil de salida de la educación básica.

      Aquí tienes la publicación de César Coll y Elena Martín que te comentaba.

      En todo caso yo no creo que se trate de una relación exhaustiva, sino de elementos que desde el ámbito educativo deben tenerse en cuenta porque caracterizan el momento actual y al educar debemos pensar en las necesidades de nuestros alumnos, en su presente y su futuro, más que en nuestro pasado. Pero seguro que se pueden encontrar otros o que no todas las personas valoraremos estos retos de la misma manera ni serán igual de determinantes en todos los contextos.

      Creo que más que un elemento normativo son aspectos para la reflexión.

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  2. Muchas gracias, Esther, por dedicar tanto tiempo a esto. Me ayuda muchísimo leer tu blog y tus artículos para enterarme de todo claramente , aprender y saber dónde tengo que ir para explorar más.

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  3. Muchas gracias, Ester, acabo de descubrir tu blog y es una maravilla que trates temas que suelen quedar en el aire, de una manera tan clara y a la vez profunda, además de que transmites tu pasión por mejorar las cosas. Muchas gracias de verdad por compartir el conocimiento.

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  4. Hola Ester, podrías decirme si estos desafíos del siglo XXI se consideran lo mismo que los objetivos de desarrollo sostenible? Y sino es así, Cuál es la diferencia entre ellos? Espero tu respuesta. Un saludo.

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    • Hola Alicia, no son exactamente lo mismo aunque sí están muy desarrollados, los desafíos son las situaciones que actualmente se considera que van a tener un gran impacto en la sociedad y por ello también en la educación, son en este sentido más inespecíficos, mientras que los objetivos de la Agenda 2030 sí son un plan concreto de actuación elaborado por la UNESCO para dar respuesta a dichos retos.

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