Técnicas para motivar (bien) a tus alumnos

Estrategias útiles para desarrollar la motivación intrínseca en tu aula

En este post vamos a aprender una serie de técnicas para conseguir que los alumnos desarrollen una verdadera motivación intrínseca hacia su aprendizaje.

En un post anterior analizamos los diferentes tipos de motivación y el por qué de la importancia de conseguir desarrollar la motivación intrínseca en nuestros alumnos.

Analizamos por qué la motivación extrínseca no funciona (o lo hace de manera limitada) y nos centramos en estudiar cómo desarrollar la motivación intrínseca:

  • dando autonomía a los alumnos,
  • permitiéndoles ser competentes,
  • aprendiendo en situaciones de grupo y
  • realizando propuestas verdaderamente significativas.

Y por supuesto revisamos cómo utilizar la motivación en tu programación didáctica para el día a día o para las oposiciones.

Fácil, ¿verdad?

Pero por si necesitas ayuda o algo de inspiración este post vamos a aprender algunas técnicas para motivar a tus alumnos listas para aplicar en el aula.

Utilizar el aprendizaje basado en problemas

Esta metodología es quizá la que reúne todos los elementos que mencionábamos como adecuados para despertar la motivación intrínseca ya que permite que los alumnos busquen soluciones a los problemas sobre los que se trabaja, pueden trabajar en pequeños grupos y, si los problemas están bien planteados, ser realmente significativos a los alumnos.

Pedir a los alumnos que expliquen al grupo cómo han realizado una tarea determinada

Cuando proponemos a los alumnos que expliquen al resto de la clase cómo han realizado determinada propuesta, o cómo han encontrado una solución a un problema, por ejemplo matemático, de nuevo estamos utilizando los cuatro elementos que caracterizan la motivación intrínseca

El alumno que explica cómo ha logrado algo se siente competente, desarrolla su autonomía ya que es una respuesta o una solución a la que ha llegado por sí mismo, aprende más explicando al grupo su proceso metacognitivo y la tarea pasa a ser significativa porque le permite dar una solución válida ante todos los demás.

Conocer los objetivos de aprendizaje y su relevancia

Explicar a los alumnos qué vamos a aprender en una sesión, proyecto o unidad didáctica determinada es una buena estrategia para despertar su interés y estimular su atención y curiosidad. 

Si además incluyes sus dudas, lagunas de aprendizaje, y sus propias propuestas harás que el proceso sea más significativo para ellos.

Y si finalmente, realizas alguna sesión de análisis de lo que hemos aprendido, conseguirás que los alumnos lo incorporen de forma más efectiva a sus esquema de conocimientos y destrezas.

Trata de que cada alumno piense para qué le sirve lo que hemos estudiado, en qué momento le puede ser útil, si lo puede compartir con alguien, si se relaciona con algo que ya sabía…

Puede ayudar que les pidas que lo apunten en un cuaderno de aprendizaje, lo compartan con el grupo o lo incluyan en un mural (dossier, resumen, presentación) sobre el trabajo realizado.

Utilizar rutinas del pensamiento

Ya hemos comentado en otros post cómo utilizar las rutinas de pensamiento en el aula, te recomendamos que les eches un vistazo.

Este tipo de rutinas hacen a los alumnos conscientes de cómo aprenden, por lo que además de dotarles de herramientas para controlar este proceso, aumentan su motivación al hacerles sentirse competentes, mejoran su autoestima y hacen que mejoren la confianza en sí mismos.

Dejar que los alumnos elijan sus deberes

Más allá del debate de si hay que poner deberes o no, debería preocuparnos cómo hacer que los deberes sean útiles.

Para ello deberíamos adaptar la propuesta de deberes a las necesidades de los alumnos

Si constantemente estamos hablando de la necesidad de individualizar el proceso de enseñanza porque los alumnos son diferentes, tienen diferentes necesidades, capacidades, intereses, etc. etc. ¿cómo puede ser una buena estrategia poner los mismos deberes para todos los alumnos?

Pues bien, una vez asumido que muy probablemente no todos nuestros alumnos necesiten hacer las mismas tareas en casa, ¿por qué no dejar que elijan qué tareas realizar?

Podemos tener varias propuestas relacionadas con lo que estamos trabajando en el aula y dejar a los alumnos que elijan cuáles van a realizar e incluso orientarles a escoger, es una forma fácil de hacer al alumno protagonista de su propio proceso de aprendizaje, implicándole activamente y ayudándole a controlar cómo aprende, qué necesita para mejorar y cómo conseguirlo.

Trabajando los deberes de esta manera seguro que conseguiremos aumentar su motivación hacia las tareas a realizar en casa.

Realizar comentarios positivos

No hay estrategia más sencilla, basta con utilizar comentarios positivos para valorar el trabajo de los alumnos para conseguir mantenerlos motivados.

De hecho el profesor John Hattie incluye esta retroalimentación positiva entre los aspectos más influyentes en el proceso de aprendizaje.

Pero no todo comentario favorable sirve, no es suficiente con halagar al alumno, sino que se debe valorar el trabajo, el esfuerzo realizado, la intención de buscar respuestas o hacer cosas diferentes…,  y hacerlo de forma individualizada. 

Por tanto tenemos que esforzarnos en valorar las respuestas, comentarios o trabajos de los alumnos y enseñarles a aprender del error evitando comentarios negativos que desaniman a los alumnos y socavan la confianza en sí mismos.

Lógicamente en ocasiones también tendremos que corregir, y no siempre podremos hacer comentarios positivos, pero sí que debemos asegurarnos de que haya más comentarios positivos que negativos (se recomienda que al menos haya entre 3 y 5 comentarios positivos por cada uno negativo).

Lo mejor es acostumbrarse a evitar los comentarios simplemente críticos y hacer comentarios constructivos que inviten al alumno a reflexionar sobre su trabajo o propuesta, por ejemplo preguntándole “crees que podría haberse hecho de otra manera” para animarle a que busque mejores alternativas; “y qué pasaría si…” para hacerle comprender los fallos de su propuesta…

Es decir, facilitándole herramientas para que él mismo evalúe la validez de su propuesta.

Por cierto te recomiendo aprender más sobre John Hattie y su “Aprendizaje visible”, en otro post hablamos de él y de los resultados de su investigación.

En este video habla precisamente del feedback en el aula (no lo he encontrado en castellano).

Vínculo afectivo docente-alumnos

Dejo para el final este vínculo que todos sabemos que es fundamental.

Cuando se establece la relación adecuada entre docentes y alumnos la motivación de los alumnos se dispara.

Y en nuestra etapa es muy fácil de conseguir ya que los alumnos están (en general) predispuestos a sentirse interesados en el docente, en querer agradar, a buscar su valoración positiva.

Para conseguir crear este vínculo puedes tener en cuenta las recomendaciones de Robert Marzano:

  • Interésate por conocer a tus alumnos, qué les gusta, qué les interesa, cómo es su vida, cuáles son sus preocupaciones… a la vez que también compartes con ellos aspectos o historia personales que hacen que la relación sea cercana.
  • Sé cordial, sonríe, expresa afecto.
  • Sé flexible, centra tu atención más en el objetivo de aprendizaje que te hayas propuesto que en una tarea concreta, hay muchas formas de llegar a ese objetivo y si dejas cierta flexibilidad es más fácil que cada uno encuentre la suya.
  • No te rindas, ten siempre unas expectativas altas de tus alumnos, si tú no las tienes difícilmente podrán tener una buena autoestima y confianza en sus propias posibilidades, sin embargo, si tú crees en ellos y lo notan se sentirán capaces de todo y se esforzarán por demostrarlo.

Para terminar:

Todos los maestros sabemos de la importancia de motivar a los alumnos, pero a veces no somos conscientes de qué fácilmente podemos despertar su interés.

Con estas técnicas podrás conseguir la motivación que buscas, y si conoces otras técnicas para motivar a tus alumnos que te parezcan interesantes o que te hayan funcionado no dejes de compartirlas en los comentarios. Así aprendemos todos.

Conocer, implementar y, en su momento, saber explicar al tribunal qué técnicas conocemos para motivar a los alumnos y cómo las aplicamos en el aula te ayudará a demostrar tus estrategias docentes.

Y de eso en definitiva trata la oposición.


Otros post que te pueden interesar:

  • Cómo motivar (bien) a los alumnos, es el post que complementa a este, en él aprendemos la importancia de motivar a los alumnos para estimular su aprendizaje, pero que no todo tipo de motivación es igual de efectiva. También aprendemos cómo incluir la motivación en la programación para demostrar al tribunal nuestras competencias docentes.
  • ¿Te atreves a enseñar a pensar?, en este post aprendemos qué son las rutinas de pensamiento, vemos algunos ejemplos y cómo podemos incluirlas en la programación didáctica para las oposiciones.


Foto del autor

Ester Álvarez

Inspectora de Educación GVA. Convencida de que la Inspección es un factor de mejora del sistema educativo y de que la innovación es necesaria para adaptar la escuela a la sociedad del siglo XXI. Co-fundadora de la asociación de Inspectoras e Inspectores para una Nueva Educación, Insnovae. Coordinadora de la Xarxa 2030. Coordinadora del grupo Atlántida de Alicante.

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